Para el pueblo Nükak, el territorio se organiza en distintos niveles habitados por seres vivos que hay que cuidar. Sin embargo, este relacionamiento con el mundo se vio alterado por la irrupción del conflicto armado en su vida colectiva y en su territorio.
Los cultivos de uso ilícito y la ganadería han hecho daños al territorio, sufriendo despojo territorial y daños culturales. Las niñas y mujeres nükak han sido víctimas de violencias sexuales; los niños, niñas, adolescentes y jóvenes han sufrido de reclutamiento forzado; toda esta etnia ha sido víctima de racismo y discriminación, y vive en situaciones de profunda desigualdad social.