Desde la época de la Violencia bipartidista, e incluso años antes durante las Quintiniadas (1915-1917), en la región fue común la actuación de matones, escuadrones de la muerte, bandas e incluso pequeños ejércitos para atacar a los rivales políticos y económicos, desplazar a los pobladores campesinos, afrodescendientes e indígenas, y despojarlos de la tierra.