La comunidad de Pichilín (Morroa, Sucre) retorna a su territorio, luego de la masacre realizada por las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), en 1996.
Reconstruir el puesto de salud se convierte en el pretexto para soñar lo que sus habitantes quieren de este corregimiento, luego de la estigmatización de la que fueron objeto.