A partir del conocimiento profundo de la cultura de los pueblos se puede comprender el conflicto armado, sus causas y afectaciones individuales y colectivas, así como los impactos y afrontamientos. El conflicto ha dejado en el país una estela de heridas abiertas ante las cuales las comunidades, en su búsqueda de verdad y sanación, han encontrado en el arte y la expresión simbólica un lugar de denuncia, acogida y dignificación. En cualquier lugar de Colombia se escuchan estas voces, se ven estos cuerpos, se sienten las energías de esperanza en medio de la violencia. Son la más genuina verdad, la más transformadora.
Crear las condiciones para la convivencia con justicia y equidad y sembrar las semillas para la reconciliación, pasa por instalar las bases para la transformación social y cultural, en la comprensión de que Colombia es un país multicultural y diverso, y que el logro de la paz implica llegar a la verdad profunda del conflicto armado interno y construir un relato colectivo de no violencia que dignifique a las víctimas y a la sociedad en general.
La Estrategia cultural y artística fue parte del proceso necesario para el reconocimiento de las dimensiones éticas y estéticas de las comunidades, el reconocimiento de sus cosmovisiones y un primer paso hacia las transformaciones estructurales, institucionales y culturales que deben darse en el país para la consecución definitiva de la paz.
Escuchar, reconocer y comprender para transformar, resume una ruta asertiva de abordaje, que tuvo como eje central el diálogo y trabajo conjunto con los que siguen construyendo paz y nutriendo el tejido social desde su lugar en el mundo.