El Plan Perla, diseñado en 1968, por el mayor general Álvaro Mejía, comandante general de las Fuerzas Militares, e implementado por Álvaro Valencia Tovar, tenía como objetivo "neutralizar el aparato subversivo comunista y destruir las guerrillas políticas o núcleos revolucionarios armados y en diversos grados de combatividad".
Aunque la estrategia militar preveía acciones cívico-militares para contrarrestar la legitimidad de la lucha guerrillera entre las comunidades y organizaciones, la concepción del comunismo como enemigo hizo que las acciones militares incluyeran la desaparición y asesinato de líderes sociales y políticos comunistas, que eran civiles no armados.
Los más afectados fueron el Partido Comunista Colombiano (PCC), las Juventudes Comunistas (JUCO) y el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL), que formaron la naciente Unión Nacional de Oposición (UNO).