Kimmy Pernía Domicó es un líder de su comunidad embera katío en el Alto Sinú, donde luchó por la defensa de su territorio y la protección del medio ambiente. Su lucha se enfocó ante los impactos ambientales y la falta de consulta previa del proyecto de construcción de la represa hidroeléctrica de Urrá I. Hizo una campaña internacional de denuncia y en 1995 lideró la movilización Do Wambura, Adiós Río, en la que marcharon mil indígenas en barcas y a pie desde su resguardo Karagabi hasta el municipio de Lorica. Estas acciones continuaron hasta junio de 2001, cuando un grupo de paramilitares lo secuestró en Tierralta, lo desapareció y después lo tiró al río Sinú.
El exjefe paramilitar, Salvatore Mancuso reconoció el asesinato del líder embera Kimmy Pernía Domicó ante la hija de Kimmy, Martha Cecilia Domicó, como un crimen de Estado, de las Fuerzas Militares, atendiendo a una orden que recibió de Carlos Castaño por la defensa que adelantaba el líder indígena frente a la construcción de la represa Urrá, de su territorio y de los derechos de su pueblo.
Confirma y reconoce la responsabilidad del asesinato de Kimmy, indicando que su cuerpo después de meses de estar en una fosa común fue arrojado al río Sinú.