Este corredor está integrado por veinte municipios del sur del departamento de Nariño como Ipiales, Cumbal, Barbacoas y Tumaco, entre otros, en la frontera con Ecuador. Allí existe una fuerte presencia étnica ancestral, con 25 consejos comunitarios de comunidades negras, entre los cuales resalta el Consejo Comunitario Bajo Mira y Frontera y Alto Mira y Frontera, en Tumaco, así como 60 resguardos indígenas pertenecientes a los pueblos Pasto, Quillancinga y Awá. Este corredor tenía presencia de rutas de itinerancia del pueblo Rrom, particularmente recorrido por las Kumpañy de Cúcuta, Girón, Pasto, Sahagún, Tolima y las organizaciones Prorrom y Unión Romaní de Bogotá.
En este corredor se desarrollan economías de contrabando, tráfico de armas y narcotráfico, pues atraviesan la carretera Panamericana, que comunica con el Ecuador, y la vía alterna que comunica Ipiales y Tumaco hacia el océano Pacifico. Este corredor ha sido de gran interés para la explotación maderera, minera de oro, la extracción petrolera, mediante el Oleoducto Trasandino (OTA) y el monocultivo de la palma.
En la década de los ochenta ingresa el ELN; luego, en los noventa, el Bloque Occidental de las FARC-EP, para expandirse hacia zonas estratégicas con salida al mar. En la misma década llegan las ACCU, que en 1999 crearon el Bloque Libertadores del Sur para disputar el control sobre las vías terrestres con salida al mar.
A mediados de los noventa se fortaleció la columna Daniel Aldana de las FARC-EP y la llegada de los cultivos de coca, a raíz de las fumigaciones en otras zonas cocaleras, como Putumayo, Huila y Caquetá que afectó sobretodo al consejo comunitario de Alto Mira y Frontera.
Tras la desmovilización de las AUC, se originaron otros grupos delincuenciales, como las Águilas Negras y Los Rastrojos, quienes se aliaron con las FARC-EP y el ELN. Tras la firma del Acuerdo de Paz en 2016, la guerra se ha intensificado en este corredor por el dominio de las rutas del narcotráfico.
Para 2019 había disidencias y paramilitares, tales como: las Guerrillas Unidas del Pacifico (GUP), el Frente Oliver Sinisterra (FOS), Los Contadores, las disidencias del Frente 30 de las FARC-EP, las Alfonso Cano y la Segunda Marquetalia, el ELN y las AGC. Para 2020, Nariño seguía siendo central en la producción de coca, pues es el segundo departamento con más cultivos (30.751 hectáreas), después de Norte de Santander.