Este corredor se ubica en el departamento del Amazonas en el municipio de Leticia y en 7 Corregimientos que conforman la zona del Bajo Río Caquetá y sus afluentes: los ríos Yarí, Cahuinarí, Puré, Mirití-Paraná y Apaporis, cuya desembocadura marca el límite con Brasil en cercanías al corregimiento de La Pedrera.
Los habitantes ancestrales de este corredor son los pueblos indígenas Muina Murui, Muinane, Andoque, Nonuya, Bora, Miraña, Tanimuca, Kubeo, Yukuna, Matapí, Letuama, Juhup, Makuna y Kawiyari. Este corredor tiene un carácter selvático y aislado, con dificultades de acceso y movilidad que imponen los ríos Mirití-Paraná y Apaporis donde se encuentran especies en peligro de extinción como los delfines rosados y los manatíes que han sido protegidos ancestralmente por los pueblos indígenas.
Algunos municipios de este corredor eran visitados en los recorridos de los miembros de las Kumpañy de Cúcuta, Girón, Pasto, San Pelayo, Tolima y la organización Prorrom de Bogotá.
Este corredor, al ser el extremo de la ruralidad colombiana, ha sido atractivo para diferentes actores, que lo han usado durante décadas en función del narcotráfico, la expansión de cultivos ilícitos y el tráfico de estupefacientes. Narcotraficantes como Vicente y Camilo Rivera, desde los años setenta; el grupo armado peruano Sendero Luminoso, durante la década de los noventa y las FARC-EP con sus intereses de financiamiento, se desplegaron de forma continua en todo el corredor. Entre 1998 y 2002, aumentó el despliegue de las FARC-EP en el Bajo Caquetá, como consecuencia de los fallidos diálogos de paz con el Gobierno en San Vicente del Caguán. En ese momento el grupo insurgente creó el Frente Amazonas y reforzó el control sobre la región, aumentando la movilidad por los ríos Caquetá, Putumayo y Yarí.