Las Guahibiadas como se le denominó a la “cacería de indios”, fue una forma de persecución, homicidio y etnocidio para los pueblos indígenas de la Orinoquía, causando desplazamiento a otros territorios. Uno de los casos está relacionado con la incursión petrolera de la Tropical Oil Company, un hecho ignorado por el Estado que afectó a los pueblos indígenas, quienes fueron despojados de sus territorios ancestrales y asesinados, poniéndolos en riesgo de exterminio físico y cultural.
El desconocimiento a los pueblos originarios viene desde el mismo Estado, que a través de la evangelización promovió la civilización cambiando sus creencias y formas culturales propias de vida. La presencia de Dumar Aljure quien era comandante de la guerrilla liberal en esta región, no permitía el libre desarrollo de los pueblos indígenas infundando temor sobre sus gentes, de él se recuerda la masacre de El Tablero.
Las formas de resistencias están volviendo al origen, a sus raíces culturales para que sus formas de pensar no se extingan, por eso es la obligación del Estado ser garante de la permanencia de los valores ancestrales de los pueblos indígenas de la Orinoquía.