Una mujer del pueblo Arhuaco da cuenta de su arraigo por su cultura y por su territorio, donde se formó como lideresa bajo la orientación de sus padres. En este proceso de liderazgo ha sufrido atentados directos por parte de grupos armados quienes han irrumpido sus espacios de vida familiar, espiritual y colectiva ocasionándole desplazamiento forzado e intranquilidad permanente en su labor como autoridad.
Su resistencia sigue firme de la mano de las autoridades espirituales, tejiendo la palabra y el pensamiento para seguir en permanencia como pueblo, guardando el valor de la vida, de los seres sagrados y aportando al camino de resistencia.